Cómo diagnosticar el cáncer de tiroides

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Autor: Lewis Jackson
Fecha De Creación: 5 Mayo 2021
Fecha De Actualización: 9 Mayo 2024
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Cómo diagnosticar el cáncer de tiroides - Conocimiento
Cómo diagnosticar el cáncer de tiroides - Conocimiento

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En este artículo: Reconocer los síntomas del cáncer de tiroides Obtener un diagnóstico médico Calificar su riesgo de cáncer de tiroides 28 Referencias

El cáncer de tiroides es raro y hay cuatro tipos distintos. El riesgo y el tratamiento de cada uno de ellos pueden variar según la edad. Su crecimiento es lento y en las primeras etapas generalmente no muestran signos. Afortunadamente, la mayoría de los tipos de cáncer de tiroides pueden tratarse con buenos resultados y, en muchos casos, curarse por completo. Para mejorar las posibilidades de diagnóstico temprano y tratamiento del cáncer de tiroides, es esencial comprender los factores de riesgo.


etapas

Parte 1 Reconocer los síntomas del cáncer de tiroides.



  1. Busque bultos en la parte delantera del cuello. Este es el síntoma más distintivo de este cáncer. Los bultos aparecen en la parte frontal inferior del cuello, casi al lado de la clavícula y pueden ser visibles o detectables solo tocando el cuello. Es importante consultar a un médico de inmediato si siente una masa en el cuello.
    • En algunos casos, la persona notará una hinchazón general en la parte frontal del cuello en lugar de una masa bien definida.
    • La protuberancia puede aparecer repentinamente o crecer rápidamente.
    • En general, tales protuberancias son causadas por afecciones no relacionadas con el cáncer, como la hipertrofia de la glándula tiroides o el bocio. Es muy probable que se trate de un tumor cuando son más duros o más firmes, no se mueven debajo de la piel y crecen con el tiempo.
    • El cáncer de tiroides también puede causar inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello.



  2. Observe cualquier dolor en la parte delantera del cuello. Este tipo de cáncer puede causar dolor o molestias en el cuello y la garganta. A veces, el dolor puede irradiarse a lo largo del cuello y en los oídos. Consulte al médico cuando note que tiene dolor que:
    • durar más de una semana;
    • van acompañados de una talla en el cuello;
    • causar dificultad para respirar y tragar.


  3. Tenga en cuenta los cambios en la voz. El cáncer de tiroides también interfiere con la voz, lo que puede conducir a una voz ronca o más aguda. Consulte a un profesional de la salud si:
    • el problema no desaparece después de tres semanas, especialmente si no ha tenido un resfriado u otra infección del tracto respiratorio superior;
    • si se acompaña de dolor, dificultad para respirar, tragar o nudo en la garganta.



  4. Tenga en cuenta cualquier problema de deglución. El cáncer de tiroides puede complicar la deglución de alimentos y líquidos. La deglución puede causar dolor o hacer que parezca que algo está atorado en la garganta. Cuando note tales signos, haga una cita con su médico.


  5. Cuidado con los problemas respiratorios. Esta enfermedad puede causar una sensación de obstrucción de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración. Es esencial consultar a un médico lo antes posible para obtener un diagnóstico preciso.


  6. Hazte un examen si tienes tos persistente. Este es un síntoma típico del cáncer de tiroides. Por lo tanto, si nota una tos que persiste durante más de dos o tres semanas (especialmente si no ha tenido un resfriado u otra infección respiratoria recientemente), consulte a un médico.

Parte 2 Obtenga un diagnóstico médico



  1. Haga una cita con su médico. Si sospecha que tiene cáncer de tiroides, haga una cita con un profesional de la salud que le realizará un examen físico. Pregúntele sobre los síntomas que tiene y su historial médico. Cuéntele sobre otros casos de cáncer (tiroides o de otro tipo) en su familia.
    • Consulte a su médico tan pronto como tenga síntomas y no demore el tratamiento.


  2. Haga un análisis de sangre para verificar la función tiroidea. Cuando note síntomas de cáncer de tiroides, su médico probablemente le pedirá análisis de sangre. Esta prueba no detecta el cáncer, pero puede excluir otros trastornos de la tiroides y ayudar a verificar la presencia de problemas hormonales o antigénicos, que pueden estar asociados con el cáncer de tiroides.


  3. Realice pruebas de imagen para verificar si hay tumores de tiroides. La tomografía computarizada o la ecografía son útiles para identificar con precisión los posibles tejidos cancerígenos en la glándula tiroides. También pueden ayudar a determinar si el cáncer se ha diseminado (y cuánto). Cuando el profesional sospecha la existencia de un tumor de tiroides, se deben prescribir varias pruebas de imagen.
    • Ultrasonido tiroideo: esta prueba determina si los nódulos están llenos de líquido o si son sólidos. Es más probable que sean tumores si son sólidos.
    • Gammagrafía con yodo radioactivo: el médico inyecta una pequeña cantidad de yodo radioactivo (o el paciente lo tragará en forma de tableta). Luego se usa una cámara especial para detectar los niveles de radiactividad en la glándula tiroides. Las llamadas áreas frías (baja radiación) pueden ser cancerosas.
    • La tomografía computarizada, la resonancia magnética o la tomografía por emisión de positrones (PET) son pruebas que crean imágenes detalladas de los órganos internos. Esto ayuda a detectar tumores de tiroides, así como algunos cánceres que ya se han diseminado a otras partes del cuerpo.


  4. Haga una biopsia para detectar células de cáncer de tiroides. Si los otros exámenes revelan un alto riesgo de cáncer, su médico le ordenará que realice una biopsia para hacer un diagnóstico definitivo. La biopsia implica tomar un pequeño trozo de tejido tiroideo para analizarlo en el laboratorio. En general, la biopsia con aguja fina (BAF) es la técnica más comúnmente realizada.
    • La biopsia con aguja fina se puede realizar en el consultorio del médico, bajo anestesia local o no. Se inserta una aguja fina en tres o cuatro puntos en el tumor sospechoso y se extrae una pequeña cantidad de tejido en una jeringa.
    • Puede ser necesario repetir el proceso si las muestras no tienen suficientes células para un diagnóstico preciso.
    • Cuando el diagnóstico aún es incierto después de la segunda biopsia (BAF), el médico puede prescribir una biopsia quirúrgica o lobectomía, que consiste en extirpar quirúrgicamente parte del tejido tiroideo bajo anestesia general.


  5. Discuta las opciones de tratamiento con el médico si es necesario. Después de diagnosticar el cáncer de tiroides, deberá hablar con el profesional para averiguar cuáles son los siguientes pasos. Tendrá que derivarlo a un especialista que trate el cáncer y los trastornos de la tiroides. El tratamiento adecuado depende del tipo de tumor que padece y la extensión de su propagación. Estas son algunas de las opciones más comunes.
    • Extracción parcial o completa de la tiroides: a veces también es importante extraer los ganglios linfáticos afectados.
    • Iodoterapia: generalmente se usa junto con cirugía para destruir las células cancerosas restantes.
    • Radioterapia: el tratamiento utilizado cuando la cirugía y la terapia con yodo radioactivo no tienen efecto.
    • Terapias dirigidas: para tratar el cáncer directamente, el paciente debe tomar medicamentos que destruyan o retrasen el crecimiento de las células cancerosas.
    • Terapia de reemplazo de la hormona tiroidea: esta terapia consiste en tomar suplementos para reemplazar las hormonas producidas por la tiroides, ya que muchos tratamientos destruyen o dañan la glándula.

Parte 3 Evalúa tu riesgo de cáncer de tiroides



  1. Considere factores relacionados con el género y la edad. El riesgo de desarrollar cáncer de tiroides es tres veces mayor en mujeres que en hombres. Además, el diagnóstico también está influenciado por la edad. El cáncer de tiroides generalmente afecta a mujeres de 40 a 60 años y hombres de 60 a 80 años.
    • El riesgo de envejecimiento puede variar según el tipo de carcinoma de tiroides. El carcinoma papilar de tiroides (el más común) puede ocurrir a cualquier edad, mientras que la forma más agresiva, el carcinoma anaplásico, es más común en personas mayores de 60 años.


  2. Revise los antecedentes familiares de cáncer de tiroides. El riesgo de desarrollar carcinoma tipo 1 es mayor si alguien en su familia ya lo ha contraído, especialmente si es un miembro directo de la familia (hermano, padre o hijo). Algunas formas de este tumor, como el carcinoma de tiroides no medular de origen genético o el carcinoma de tiroides medular, tienden a ser hereditarias.
    • Alrededor del 25% de las personas con cáncer medular de tiroides (CMT) heredan la enfermedad. Si su familia tiene antecedentes de esta forma de carcinoma, haga una prueba de ADN para determinar si tiene el gen.


  3. Determine cualquier otro factor de riesgo genético. Ciertos tipos de mutaciones genéticas y síndromes pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Si le han diagnosticado alguna de las siguientes condiciones, es probable que esté en riesgo de desarrollar cáncer de tiroides:
    • poliposis adenomatosa familiar (PAF);
    • Síndrome de Cowden;
    • El complejo Carney tipo I.


  4. Examina tu historial de trastornos de la tiroides. Aquellos que han sufrido otros problemas con la glándula tiroides, como el bocio o la inflamación, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar tumores. Dicho esto, no hay mayor riesgo asociado con una tiroides hiperactiva o hipoactiva.


  5. Verifique si alguna vez ha estado expuesto a la radiación. La exposición a la radiación en el pasado puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. Los pacientes que han sido tratados con radioterapia en el cuello y la cabeza durante su infancia, por ejemplo, pueden estar en mayor riesgo, al igual que aquellos que han estado expuestos a otros tipos de radiación, como accidente de arma nuclear o central nuclear.


  6. Asegúrese de tener suficiente ingesta de yodo. La deficiencia de yodo puede aumentar su riesgo de desarrollar cáncer de tiroides. En general, este nutriente está presente en la dieta de la mayoría de las personas. Si este no es el caso, o si simplemente sospecha una deficiencia de yodo, hable con su médico sobre cómo comer más.